Temor y resistencia

Maritza Félix

Las políticas migratorias se han endurecido en Estados Unidos y, por ende, los operativos y detenciones. Una familia de nicaragüenses en Arizona, unos trabajadores en Nebraska y varios mexicanos en California, son algunos de los casos documentados estas semanas. Todos los días hay decenas de reportes de actividad policiaca en el país y el temor de que se trate meramente de remociones migratorias genera desasosiego y controversia.

A la par están las protestas. En Los Ángeles se salieron de control. Las manifestaciones terminaron con gas lacrimógeno, vehículos encendidos y un uso excesivo de fuerza. Más de 300 personas han sido arrestadas desde el fin de semana y el Departamento de Seguridad Nacional informó que presentó cargos de intento de homicidio a uno de los manifestantes que fue captado en cámara lanzando un coctel molotov a un oficial durante las demostraciones.

Mientras se despliega la Guardia Nacional de Texas en California, el gobierno municipal de Los Ángeles estableció un toque de queda, de las 8:00 de la noche a las 6:00 de la mañana. En Arizona ocurrió algo parecido en el 2020 cuando las manifestaciones por la muerte de George Floyd parecían tornarse violentas.

En Arizona, desde principios de la semana empezaron a circular alertas en todas las redes sociales. Sin citar fuentes, activistas y organizaciones en pro de los derechos de los migrantes advirtieron que se llevarían a cabo redadas migratorias en sitios como zonas de construcción y supermercados. La comunidad estaba avispada. Así que cuando un convoy de patrullas de diferentes agencias de seguridad pública se alineó en el estacionamiento de una tienda en el Oeste de Phoenix, el temor cobró vida.

No se puede desestimar la incertidumbre y la angustia. Aunque en ese lugar no se realizó un operativo, muy cerca de ahí se ejecutó una orden que tenía nombre y apellido. Al parecer, según fuentes extraoficiales porque las autoridades no han dado información, los agentes buscaban a un ciudadano estadounidense vinculado a asuntos de drogas. Acordonaron el área y cerraron el paso. Portaban chalecos de la Policía local y también del equipo de investigaciones de inmigración, por lo que muchos supusieron que se trataba de una redada.

Pero no fue el único caso. En tan solo un día, después de la alerta comunitaria, se realizaron más de 15 reportes de presuntas redadas en diferentes lugares del área metropolitana de Phoenix. Los que no temen, graban cada uno de sus encuentros con patrullas o agentes, solo para advertir a los otros. Pero esto también ha generado confusión y polarización.

Arizona está dividido. Mientras algunos condenan el actuar de la administración Trump, las redadas, las detenciones a fuera de la corte, las deportaciones y las revocaciones de visas, hay otros que justifican y aplauden el proceder de las autoridades. Los mismos migrantes no siempre se pueden ver a los ojos entre sí, hay una brecha que se ensancha por la política y la ideología. Es muy difícil encontrar puntos medios.

Y todavía faltan las protestas. Se espera que este fin de semana se realicen manifestaciones en las ciudades más importantes del país, incluida Phoenix. Aunque piden que sea pacífica, como todo lo que tiene que ver con migración, la moneda siempre está en el aire.

Con información de El Sol de México